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Siempre he dicho que Roberto Soldado es ese tipo de delantero que a mí no me gusta. Primero porque depende mucho de las rachas, y eso igual que te da puntos también te los quita a lo largo de una temporada y esa irregularidad para estar en lo más alto es muy negativa; segundo, porque su comportamiento es agresivo y no creo que eso le permita ser un ejemplo para nadie. ¿Ambición? Tal vez, pero también la podría demostrar de muchas formas alternativas a la más marrullera.
No es que Soldado no sea o no merezca ser el futbolista referente del Valencia, sino que es prescindible en caso de recibir el dinero suficiente para comprar a tres jugadores como el Soldado que llegó a Mestalla hace unos años. Nadie apostaba un céntimo por él cuando se le fichó para suplir a David Villa. El mejor delantero español dejaba 40 millones de euros en las arcas valencianistas al tiempo que se convertía en el máximo goleador de la historia de la selección española. ¿Quién negaba que era un paso atrás sustituirlo por el delantero del Getafe, valorado en 10 millones?
Los jugadores que sirven de referencia a un equipo y su afición no lo suelen ser por más de un lustro. Hay canteranos que se encumbran como Albelda en el Valencia, Xavi en el Barcelona o Raúl en el Madrid pero los Villa, Soldado, Torres, Falcao o Bale duran lo que el mercado les permite.
Es injusto atribuirle el mérito y la responsabilidad de sostener sobre sus espaldas la historia de un club casi centenario. Es injusto porque si se le da el peso de los últimos tres años puede sostenerlo con dignidad y profesionalidad, pero 94 años no los aguantaría sobre sus botas ni el mismísimo ‘Matador’, Mario Alberto Kempes. Es también injusto porque Soldado no merece mayor reconocimiento que el que ha de tener el máximo goleador del equipo durante tres campañas. Mista lo fue en una y cargó su zurrón de títulos. ¿Qué tiene más valor?
No es un héroe con pies de barro. Simplemente es un futbolista que si es valencianista no dudó en marcharse al Madrid y ahora al Tottenham. Y si es madridista no dudó en dejar su equipo para tener oportunidades deportivas que le reportaran también oportunidades económicas. Va a lo que ha ido siempre y a lo que seguramente iríamos todos.
Los aficionados exigimos a los futbolistas que hagan gala de los mismos sentimientos que profesamos nosotros. ¡Menudo absurdo! Es la moda de pedir al primero que se pone la camiseta de tu club que bese el escudo, como si por ello se imbuyera del pesar de años de derrotas y sufrimiento o del éxtasis de esos mismos años de goles y gloria.
* Imagen: Soldado | jomaperu.com
Veni, vidi... fugi! 
En torno a Soldado y a su posible marcha están habiendo debates absurdos. La realidad es clara, se pagan los 30 millones y listo. Más allá, repito, de debates absurdos sobre su valencianismo, madridismo, etc., creo que lo que el verdadero aficionado del Valencia exige es una dirección consecuente, es decir, si la cláusula pone que su precio son 30 millones, que sea eso, o algo que lo compense sobradamente (¿quizá menos dinero y algún jugador válido del Tottenham? No dudo que alguno habrá válido para el Valencia CF.) El resto de historias, son otros debates.
Hola, Miguel. Gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo en que lo más importante no es tanto su venta como que esta sea por lo que le interese al club. Dentro de ese interés también ha de estar la contratación de un sustituto de garantías. Un saludo!
No creo que tenga demasiado sentido hablar de pertenencia o fidelidad a un escudo de un profesional internacional. Llegó como pareja de Aduriz para cubrir el hueco de Villa, tal como Helder Postiga llegará con otro delantero para cubrir su baja. Lo que de verdad nos pone es que que Paco Alcacer salga y la rompa y meta 20 goles esta temporada. Lo demás es literatura.
Saludos, jos! Esa es la idea esencial de este post. No creo que se pueda pedir ninguna fidelidad a Soldado pero tampoco a la inmensa mayoría de los futbolistas. Con independencia de este traspaso espero que esa hipótesis sobre Alcácer se cumpla. Sería una muy grata sorpresa. Un saludo y gracias por tu comentario.